lunes, 22 de enero de 2007

Johan Lorbeer versus Joseph Beuys

Lo visto estos últimos días en el Cac de Málaga me ha hecho recordar dos momentos cumbres dentro de la historia del arte contemporánea, una el lanzamiento al vacío de Ives Klein y otra la conversación entre el chamán y el conejo muerto de Joseph Beuys. De una parte esa forma instrospectiva de abandonar el suelo para danzar en el aire sin necesidad de un argumento preciso que lo ratifique-como un componente del conceptualismo (el hombre no está hecho para volar por eso mismo se eleva) y por otra el grado de misticismo que encierra toda esta parafernalia. Elevarse solo está permitido dentro del ámbito divino, lo que siempre pretendió Beuys desde su caracter redentor. Lo de Lorbeer es puro espectáculo, un circo en comparación con las creaciones exhibidas en otros lugares donde si ha demostrado ser uno de los artista conceptuales más importante del mundo. El inconveniente ha sido la irreverencia del público, cuya máxima preocupación fue averiguar como se mantenía en el aire sin mostrar mayor interes ni conocimiento por el significado de la puesta en escena de Lorbeer. Pero no le echemos toda la culpa al gentio arremolinado bajo los pies de espigado artista alemán, Fernando Francés ya no sabe que hacer para que la gente entre al Cac Málaga. Colocar al pobre Lorbeer al fondo de la sala para que la gente acudiera haciendo el recorrido total del museo. Lo único que consigue es menospreciar el resto de obras expuesta, dando mayor importancia a la denominada pemormance "Tarzan" para la cual no se publicaron ni un insignificante folleto de mano. Al menos haga el mismo marketing con las obras de Sophie Calle, Ed Ruchar, Elliason o el mismisimo Barceló que se mueren de tristeza o de Cindy Sherman que lo más que que consigue es que la gente de esta digna provincia diga que es una ordinaria. De pena y cuesta abajo